Nuestra Historia

Bienvenidos al CAIT Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin

 

Como todas las Hermandades de Sevilla, la Hermandad del Buen Fin sintió desde sus inicios una decidida vocación por la caridad, dedicando gran parte de su actividad y recursos al auxilio de los más necesitados. Buena muestra de ello era los masivos repartos de comida que se realizaban coincidiendo con la festividad de la Resurrección, así como las ayudas puntuales de todo tipo ofrecidas a personas del entorno que las necesitaban. Seguía, por tanto, una tónica muy similar a la de otras Hermandades de la ciudad.

Sin embargo, en el año 1.982 se produjo un punto de inflexión en esta trayectoria cuando se acomete un proyecto ambicioso y, a la vez, arriesgado, un proyecto que, con el devenir de los años, llegaría a convertirse en el verdadero referente de la Hermandad y modelo de obras asistenciales de estas instituciones. Esta obra no fue otra que el “CENTRO DE ESTIMULACION PRECOZ CRISTO DEL BUEN FIN”.

El día 4 de Junio de 1.982 había resultado elegida una nueva Junta de Gobierno de la Hermandad encabezada, como Hermano Mayor, por D. Francisco Aparicio Rubio, y en la que se integraba como Diputado 2º de Caridad, D. Sebastián Barrera Domínguez, médico neurólogo de nuestra ciudad. En uno de los primeros Cabildos de Oficiales que celebra esta Junta, el Hermano Mayor informó a los restantes miembros de la misma que la inclusión en ella de D. Sebastián Barrera Domínguez no era circunstancial ni accidental, sino que respondía a un proyecto que deseaba plantear a la Hermandad para que ésta lo sopesara y se decidiera, de considerarlo conveniente, a acometerlo.

Existía en aquellos momentos una necesidad social importante que no estaba atendida, cual era la disponibilidad de un centro destinado al tratamiento gratuito de niños nacidos con discapacidad cuyas familias no dispusieran de medio económicos para acudir al tratamiento privado de estimulación precoz. La constatación de esta carencia es lo que hizo que la Junta de Gobierno acogiera con toda ilusión la idea y se decidiera a asumir, dentro de las posibilidades a su alcance, este tratamiento gratuito con la finalidad de propiciar el desarrollo y conseguir la integración social de estos niños que, de otra manera, no podrían recibir ningún tipo de tratamiento por no existir en nuestra ciudad, en aquellos momentos y como se ha dicho, instituciones que lo prestasen de forma gratuita.

Superando las dudas que el compromiso económico y las posibles responsabilidades podrían producir, la idea fructificó y así el día 1 de Octubre de 1.982 se inaugura el “CENTRO DE ESTIMULACION PRECOZ CRISTO DEL BUEN FIN” bajo la forma de asociación con fines totalmente altruista y sin ánimo de lucro.

Inicialmente esta obra social comienza su andadura con una dimensión y unos medios realmente exiguos, pues no otra cosa estaba al alcance de la Hermandad. Por ello, los tratamientos se inician sin instalaciones propias, utilizándose para ello la Sala Capitular de la Hermandad en una tarde a la semana, aplicándose el tratamiento por especialistas miembros de la Hermandad bajo la fórmula del voluntariado.

Lógicamente el conocimiento que la sociedad sevillana iba teniendo de la existencia de este Centro hizo que se produjera una rápida afluencia de menores para ser tratados, fruto precisamente de la insatisfecha necesidad social existente, lo que dio lugar a que resultaran absolutamente insuficientes tanto el local utilizado como el número de tratamientos impartidos. No pasarían, pues, muchos meses antes de que la Junta de Gobierno comprendiera que era imprescindible ubicar el Centro en unas instalaciones destinadas exclusivamente a este fin, y contar con el concurso profesional de especialistas contratados, habida cuenta que las horas de dedicación iban aumentando de forma vertiginosa.

Se tomó entonces en alquiler un piso en la calle San Vicente, en el que estuvo ubicado el Centro durante algún tiempo, no mucho, porque pronto se vio que también esas instalaciones resultaban insuficientes, razón por la cual la Hermandad arrendó unos locales comerciales esquina a la calle Curtidurías en los que, tras las adaptaciones correspondientes, se instalaron las salas de tratamiento. Pocos años después, esas mismas instalaciones se verían nuevamente ampliadas mediante la incorporación del local contiguo, también en régimen de alquiler, llegando a contar con unos 100 m2.

Durante todo este tiempo vino asumiendo, en calidad de Director, la responsabilidad de la gestión de esta obra social D. Celestino García Fernández, persona a que la Hermandad debe permanente agradecimiento por los muchos desvelos y la desinteresada colaboración prestada, hasta el punto de que, durante muchos años, fue el más importante impulsor del proyecto.

Durante los años 1.994 y 1.995, el Sr. García Fernández cedió el puesto de Directos del Centro al Consiliario 1º, D. Eusebio Díaz Romero, quien cesaría en el cargo a partir de Julio de 1.996, puesto que sería ocupado desde entonces y hasta el año 2.000 por D. Juan Foronda Blasco, designado para ello por el entonces Hermano Mayor, D. Javier Vega de la Peña. Al término del mandato de aquella Junta de Gobierno, esto es, a partir del mes de Julio del año 2.000, sería precisamente designado Director del Centro el Hermano Mayor saliente, D. Javier Vega de la Peña quien, al día de hoy, continúa desempeñándolo.

En el año 1.993 la Hermandad adquirió unos locales contiguos a la Casa de Hermandad y con fachada en la calle Cristo del Buen Fin nº 10 y Narciso Bonaplata nº 3, incorporando parte de dichos locales a la propia Casa de Hermandad pero reservando 140 m2 para instalar en ellos el “Centro de Estimulación Precoz”. Efectuadas las obras de adaptación y distribución interior, las nuevas instalaciones comenzaron a ser utilizadas en el propio año 1.993.

En el año 2.002 estas instalaciones fueron totalmente remodeladas, siendo bendecidas por el entonces Arzobispo de Sevilla y Cardenal, el Excmo. y Rvdmo. Sr. Fray Carlos Amigo Vallejo O.F.M., habiendo participado en dicho acto el que entonces fuera Consejero de Asuntos Sociales de la Junta de Andalucía, el Excmo. Sr. D. Isaías Pérez Saldaña.

Desde el mes de Septiembre de año 2.017 las instalaciones se encuentran ubicadas en la calle San Vicente nº 91 de esta ciudad en el que fuera Convento Franciscano de San Antonio de Padua, cedido para tal fin por la Orden de Frailes Menores. Realizadas las necesarias obras de adaptación y modernización, la actividad se desarrolla en esta ubicación, cuyo detalle se incluye en el apartado “Instalaciones” de la presente web.

La Dirección, Secretaría y Tesorería son desempeñadas, de forma totalmente altruista, por miembros de la Hermandad, existiendo otros voluntarios, también miembros de la Hermandad para desarrollar otras funciones de gestión.

Para impartir los tratamientos se cuenta con el concurso de veinte especialistas en Psicología, Psicopedagogía, Fisioterapia y Logopedia, la mayor parte de las cuales son polivalentes por tener reconocida más de una especialidad al ostentar más de una titulación.

El crecimiento en el número de servicios prestados nos ha llevado desde los tres menores que eran atendidos cuando en el año 1.982 inició su andadura esta obra asistencial, hasta llegar en el año 1.996 a tener en tratamiento a 55 menores, cifra que se fue incrementando de forma paulatina hasta alcanzar a finales del año 2.004 la magnitud realmente importante de 92 menores entre los diversos tratamientos de la Atención Temprana, esto es, Psicoterapia, Fisioterapia y Logopedia.

Con motivo de la Coronación Canónica de Ntra. Sra. de la Palma, Titular de la Hermandad, autorizada por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal-Arzobispo de Sevilla en los primeros días del mes de Enero de 2.005 y celebrada el día 8 de Octubre del mismo año, la Hermandad decidió que dicho acontecimiento tuviese el adecuado reflejo en su proyección exterior y, concretamente, en el campo de la asistencia social. Lógicamente, teniendo en cuenta la importantísima obra que venía desarrollando, consideró que carecería de sentido iniciar algo nuevo totalmente ajeno a lo que ya se había convertido en signo de su propia identidad; por ello, la Junta de Gobierno decidió realizar un esfuerzo mayor para ampliar los servicios de Atención Temprana que se venían prestando, ya que la realidad era que existía de forma constante un importante número de menores esperando plaza disponible para ser atendidos.

A partir de ese momento se empezó a producir un incremento muy importante en el volumen de actividad ya que en ese mismo año 2.005, los 92 menores que venían siendo atendidos pasaron a ser 170, magnitud que continuó incrementándose hasta alcanzar la cifra de 330 menores en tratamiento, para lo cual las instalaciones debieron encontrarse en funcionamiento desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche. En la actualidad se imparten más de 22.000 sesiones de tratamiento al año a menores que se encuentran en el ciclo de Atención Temprana, esto es, con edades comprendidas en los 15 días y los 6 años de edad.

Conscientes, por otro lado, de la situación en que se encontraban los menores una vez finalizado el ciclo de Atención Temprana, esto es, una vez cumplieron la edad de 6 años, en el año 2.018 comenzó a prestar tratamiento también menores conforme iban cumpliendo los 6 años de edad, servicio este que cada año atiende a un mayor número de beneficiarios puesto que es intención continuar impartiéndoles el tratamiento hasta que cumplan los 12 años de edad. En la actualidad este colectivo está formado por un grupo de más de 80 menores, a los que se imparten 4.500 sesiones de tratamiento al año.

Naturalmente que la envergadura que ha tomado esta institución, única en el campo de las Hermandades, ha dado lugar a que se la cite siempre como ejemplo de la caridad y trabajo a favor de los demás, habiéndose convertido en obligada la presencia de sus responsables en cuantas reuniones, mesas redondas, etc., se celebran que tengan por objeto la labor social de las Hermandades en particular o de las instituciones católicas en general; igualmente, el hecho de venir prestando estos servicios de forma gratuita junto con la calidad de los tratamientos impartidos, ha dado lugar a que los profesionales de la Sanidad Pública y Privada, las guarderías y la propia administración autonómica, hayan considerado históricamente a este Centro como el de referencia para el tratamiento de los casos de niños con discapacidad.

Y también que por estas mismas razones, en el año 2.015 el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla acordó conceder al “Centro de Estimulación Precoz Cristo del Buen Fin” la Medalla de la Ciudad y el título honorífico de entidad de Utilidad Pública Municipal. Y en el año 2.016 el Ministerio del Interior lo declaró entidad de Utilidad Pública.